Cuando llegué a mi primer juzgado estaban de alarde (para
los profanos en esto de los juzgados, un alarde es como un inventario de todos
los procedimientos que se están tramitando y se hace cuando se va un juez a
otro destino, para que el nuevo juez sepa lo que va a encontrarse). Aquello era
una locura porque faltaban tres días para terminarlo y todos andaban muy liados.
A un juzgado hay que ir aprendidos (de esto me he dado
cuenta con el tiempo), porque el organismo que te envía a hacer la sustitución
o a cubrir la plaza vacante, no te enseña nada del trabajo que vas a hacer. Si
sabes bien, y si no, peor para ti (y para el juzgado, claro). Y si tienes
suerte y tus compañeros son comprensivos y tienen tiempo, te irán enseñando
cómo funciona el juzgado. Si no, te buscas la vida. Literalmente. Llamando a
antiguos compañeros, o mirando los procedimientos que tienes en el armario y
viendo cómo los han tramitado, o tú verás, pero tu mesa está llena de papel y
hay que ponerlo al día.
Yo soy del cuerpo de Auxilio Judicial (el último mono del
juzgado), así que para hacer mi trabajo no hace falta ser doctorado en Derecho
ni ser ingeniero aeronáutico. Aprendes cómo se hace el correo (parece mentira
que haya que aprender algo así), cómo funciona la fotocopiadora, alucinas
viendo por primera vez un exhorto, o una providencia, o una diligencia de
ordenación, memorizas quién lleva cada procedimiento para cuando llamen por
teléfono y, sobre todo, rezas para no cagarla. Eso, en el primer destino, luego si eres
normal ya vas aprendiendo a organizar el archivo, a pasar sala (los juicios, de
los que hablaré en otro post) e incluso a tramitar mejor que algunos gestores.
Pues eso, que ahí estaba yo, asustada y fijándome mucho en
lo que hacía, cuando de pronto llega el juez y me pregunta si ya me han
enseñado a hacer SPs. Le digo que no y quiero que la tierra me trague y pienso
que como para saber hacerlo si no sé ni lo que es. Me lo apunto para
preguntarlo luego a las compañeras que tramitan.
Al día siguiente me dan un papel con unas instrucciones.
Así, tal cual lo cuento:
Abro el programa para tramitar, escribo el número que me han
apuntado a boli en la denuncia. Pulso intro dos veces. Pulso F6, vuelvo a dar
intro, luego tecla espaciadora, otra vez F6, otra vez intro. Escribo el número
de atestado, intro. Escribo el número de Registro General, otra vez intro y por
fin F6. Y así con todas las denuncias.
Bueno, seguramente las teclas eran otras, pero las
instrucciones eran parecidas a estas. Luego en otros juzgados aprendí que eso
que estaba tramitando sin saber lo que hacía eran archivos provisionales de
Diligencias Previas. Ese fue el curso
que me dieron. Y claro, yo no sabía distinguir el número de atestado, del
número de registro ni sabía cómo funcionaba el programa de justicia en esa
Comunidad Autónoma (ni en ninguna otra), ni sabía hacer la o con un canuto por
mucha oposición que me hubiera preparado.
No culpo a la compañera que me pasó el papel. Para qué iba a
perder el tiempo explicándome nada, si yo iba a estar ahí poco más de un mes.
Ella no había inventado el sistema de lanzar a una persona a un juzgado sin
tener ni idea de lo que tiene que hacer. Ella no había inventado el sistema de
poner a un agente judicial a tramitar cuando no está en el juzgado para eso. Y
eso pasaba en una Comunidad en la que para incluirte en la bolsa de interinos se
exigía experiencia previa o haber aprobado algún examen de la oposición. En
otras CCAA ni siquiera piden eso. Pero tampoco te enseñan, no.
Algunos ya sabéis porqué la justicia va como va, otros
empezáis a entenderlo. Viva la justicia. ¡Viva el vino!.
2 comentarios:
Hola:
La verdad es que me ha hecho mucha gracia tu entrada. Soy opositora/ opositando a gestión y me ha dejado con ganas de mas capitulos la historia de tu primer día y como no....la frase a lo blade runner que da ganas de saber más, así que anímate y escribe lo que pasa en el backstage de los juzgados que hay gente leyendo
Gracias por comentar. Ahora me río, pero en aquel momento lo pasé regulín. Con los años aprendes a tomarte con más calma las cosas, aunque lo que no quiero perder es las ganas de hacerlas bien. Un saludo. :)
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